Mamilatte | Cuándo y cómo incorporar los cubiertos y vajilla a la alimentación complementaria autorregulada o BLW
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Cuándo y cómo incorporar los cubiertos y vajilla a la alimentación complementaria autorregulada o BLW

Una de las preguntas más recurrentes que me hacen muchos padres, que asisten a mis talleres presenciales y online sobre Alimentación Complementaria, es cuándo incorporar los cubiertos y la vajilla con los niños que están iniciándose en la alimentación complementaria y sólida o BLW.

Lamento comunicaros que no os puedo dar una respuesta exacta y una receta mágica. Y es que, cada niño es único y tiene unos ritmos y unos tempos únicos.

La edad o momento depende de muchísimos factores: cuándo se inicia la alimentación complementaria, cómo se realiza, qué oportunidades psicomotoras tiene el niño, su interés por la comida, el papel que ejerce el adulto…

Es por eso que unos niños realizarán este proceso antes y otros lo harán después, cualquiera de las dos casuísticas deben ser consideradas como normales y no caer en la comparación ni querer forzar al niño a realizar tareas para las que no se siente preparado, ya que pueden generarle un importante sentimiento de frustración. Es bueno acompañarle y proponerle retos, pero estos deben ir en consonancia con su desarrollo en cada momento.

Como adultos ya tenemos muchos de esto movimientos interiorizados y automatizados y en ocasiones no caemos que el niño necesita un proceso lento y ordenado. No debemos tener prisa. Es cierto que a través del BLW (Baby Led weaning o alimentación complementaria autorregulada), el niño es totalmente autónomo en su acercamiento al alimento, pero no debemos pretender que desde el principio maneje la cuchara y el tenedor como sus padres, que tienen más de 20 años de entrenamiento en el menor de los casos.

Entonces, ¿cómo saber cuándo es el momento adecuado? La principal guía es la observación del niño, es él quien tiene las claves para comunicarnos cuándo está preparado y cuánto tiene voluntad de pasar al siguiente reto.

El bebé evolutivamente va a ir pasando por diferentes estadios psicomotores que le permitirán manejarse de diferente manera con los alimentos y este hecho comportará que en un futuro próximo pueda aprender cómo utilizar con elevada destreza vasos, platos y cubiertos.

Cuando un bebé inicia la alimentación complementaria BLW, él mismo es el protagonista de su proceso. En un inicio, el niño necesita a nivel psicomotor un entrenamiento para afinar su coordinación ojo-mano-boca.

Asimismo, el bebé inicia el agarre de los primeros alimentos con una motricidad gruesa, caracterizada por movimientos toscos y poco precisos de sus manos, que en pocos días y semanas se van afinando, no sólo favorecidos por su desarrollo sino también por la posibilidad de tener contacto con alimentos que pueda coger.

Además, debemos tener en cuenta que los bebés necesitan pocos estímulos visuales para mantener su concentración. Es por esto, que en esta fase inicial es recomendable no utilizar ninguna herramienta de apoyo (platos, cubiertos..), ya que pueden desviar su atención del objetivo principal del acto de comer y deseará jugar con todos ellos, levantándolos, golpeándolos… ya que para el niño aprendizaje y juego van de la mano. Por este motivo, es preferible que la comida sea muy visible y sea el único estímulo al que atender. Por ello, la comida puede ofrecerse en un hule o una bandeja de una trona, de manera que el niño no necesita prestar atención a otras cosas y puede centrarse plenamente en toda la interesante información que le ofrecen los alimentos (colores, formas, texturas, olores…)

A lo largo de los meses el bebé desarrollará su psicomotricidad fina, este momento visualmente es muy llamativo ya que el bebé comenzará a hacer la pinza digital que es el segundo paso psicomotor que realizará para poder realizar el agarre de los alimentos. En esta etapa, el niño disfrutará con alimentos más pequeños o trozos de alimentos diminutos que se entretiene en coger con sus deditos y llevárselos a la boca, masticarlos y deglutirlos.

Cuando el niño ya sabe que lo que se le presenta cada día en la mesa es alimento y está familiarizado con él, asocia el momento en familia alrededor de la mesa al comer y además pone en marcha la motricidad fina, es entonces cuando se puede presentar el alimento encima de un plato. En nuestro caso y como seguimos la pedagogía Montessori lo hicimos con platos reales igual que los que utilizábamos cada día los adultos en nuestras comidas.

Paralelamente a este hecho sus manos y muñecas adquirirán mayor destreza y podrán estar coordinadas para poder coger objetos con ambas a la vez. Este, es un buen indicador de que el bebé está preparado para coger por si mismo un vaso pequeño y normal entre sus manos y poder llevárselo a la boca para beber autónomamente. En casa también lo hicimos con vasos de cristal, como los nuestros, pero en formato pequeño para facilitar la proporción con sus manos y facilitar su uso. Así, usamos vasos tipo chupito o “café cortado” para beber agua.

En un tercer eslabón a los dos procesos que os he comentado anteriormente, aparecerán movimientos de supinación y rotación de muñeca. Estaríamos aquí en el nivel más elevado de control psicomotor y es a partir de aquí que el niño puede empezar a tener un entrenamiento con los cubiertos. Este momento coincidirá aproximadamente en el tiempo cuando a nivel cognitivo el bebé es capaz de entender que existen herramientas que son el medio para conseguir un fin, es decir que puede entender que a parte de su cuerpo existen recursos o herramientas que tienen determinada función.

Como os decía nosotros hemos optado por materiales reales, para acercar al niño al mundo tal cual lo conocemos, en el que la loza, el cristal y el metal son los clásicos en nuestros utensilios para comer en nuestra cultura. Esto es un principio Montessori y en nuestra casa está funcionando.
En cuanto al vaso de cristal mi hija lo domina sóla desde los 9 meses y en los cubiertos estamos utilizando cubiertos de metal de postre, pero con 17 meses aún nos queda perfeccionar algunos movimientos, rotacionales que permitan que la comida no se caiga por el camino, poco a poco…
Recordemos también que a partir de los doce meses empieza a aparecer el componente imitativo y fortificarse, así se fijará en sus referentes y se siente atraído por hacer coas y utilizar utensilios similares a los del adulto.

De esta y otras muchas cosas más hablamos largo y tendido en mi taller online de alimentación complementaria autorregulada que podéis consultar AQUÍ. Si estáis interesados contactar a la mayor brevedad, ya que las plazas son limitadas.

Espero que este artículo pueda ayudar a tu familia a entender a tu hijo y como se maneja en la mesa con los utensilios.



¿Nos cuentas tu experiencia con los utensilios para comer?
Me encantaría leer tus anécdotas, historias o aportaciones.
1 Comment
  • taniamesa.es
    Posted at 14:25h, 27 diciembre Responder

    La alimentación infantil es fundamental para el desarrollo y la salud. Una dieta balanceada, rica en frutas, verduras y granos integrales, fomenta un crecimiento óptimo y un aprendizaje efectivo en los más pequeños.

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